lunes, 22 de marzo de 2010

Un nuevo aire

La reforma de Salud aprobada ayer en Estados Unidos, es sin duda un hecho histórico y una victoria del partido demócrata trascendental. Obama había tenido como eje de discurso y propuesta la misma, pero sabiendo la dificultad de poder implementarla. Muchos actores socio- políticos, como Clinton habían tratado de realizarla con anterioridad, pero lo único que obtuvieron fueron sendos fracasos. Lyndon Johnson, fue la figura que logró en 1965 desarrollar el sistema conocido como “Medicare”. Pero este programa de cobertura social sólo proveía de atención médica a personas mayores de 65 años. Y desde entonces a pesar de los proyectos enviados al Congreso no hubo cambios significativos en Estados Unidos, hasta ayer.

Una modificación en el sistema sanitario, presuponía una discusión de fondo ideológica. No se trataba sólo de la erogación económica o gasto que supone (938.000 millones de dólares a desembolsar en diez años), sino más bien que es adentrase en un aspecto innato de la cultura estadounidense. Es que si el Estado se hace cargo del sistema de salud, esto presupone darle cada vez más facultades, es decir una mayor injerencia. Y en una cultura que promulga con el “laissez faire” los republicanos y hasta algunos demócratas consideraban el cambio propiciado por la Casa Blanca como un ataque a la condición natural histórica del país. Ahora bien, ¿ acaso luego de la crisis del ´29 o el más reciente rescate financiero del gobierno a empresas no demostró que el Estado ha asumido a lo largo del tiempo también un papel significante?

Luego de la crisis de Wall Street, Franklin D. Roosvelt introdujo el famoso “new deal”, lo que implicó una política intervensionista para hacerle frente a la Gran Depresión. Se modificó el sistema financiero y en 1935 (en lo que formaba parte de lo que se conoce como segundo new deal) también se sancionaron leyes sindicales de protección y programas de ayuda para los agricultores y sectores de bajos recursos económicos. Y si se toma como ejemplo el caso actual de la crisis financiera global, que empezó con las hipotecas subprime, o créditos de alto riesgo, el Estado también tuvo que tener un mayor papel en la economía. No podían o al menos no dejaron caer a las gigantes multinacionales y a importantes bancos por el costo que tendría el debacle de esas compañías, otrora supuestamente rentables. Sin embargo algunos especialistas consideraban que no se debía ayudar a esas empresas sino que tendrían que dejarle un espacio a otras nuevas y porqué no volver a pensar en economías productivas de escala local.

Pero a pesar de estos casos, era muy difícil poder lograr la mayoría necesaria en el Congreso. Y así se demostró en la votación final con 216 votos a favor y 212 en contra. Todavía no resulta fácil comprender que no se pueden aislar la sociedad política de la sociedad civil totalmente. Gramsci, un politólogo y filosofo italiano se esmeró en teorizar y recalcar la conexión entre las mismas. Ahora bien, ¿el nuevo sistema se asemeja al de Europa?

La idea inicial de Obama era la de incluir en la reforma la opción precisamente de un seguro público para el 5% de la población aproximadamente, tal como ocurre en el viejo continente. Pero hasta algunos de los mismos demócratas se opusieron. Vale recordar que hubo un clima muy tenso ya desde septiembre pasado, en los debates previos. Para poder sacar adelante la reforma de salud, entonces, Obama decidió ceder en la iniciativa del seguro público.

La reforma sanitaria en consecuencia coloca al Estado como intermediario entre las empresas privadas y el público. Tiene como uno de los puntos clave prohibir a las aseguradoras rechazar el dar cobertura a personas que ya padezcan alguna enfermedad y hará obligatorio para la mayoría de los residentes el contar con un seguro médico.

El nuevo sistema incorporará según se prevé a 32 millones de personas que no contaban con seguro médico. Es imperioso señalar como en los últimos años ha habido un aumento constante en las coberturas médicas y con esta medida se apunta a frenar los abusos de las aseguradoras.

Sin embargo los republicanos siguen presentando un frente opositor a la medida ya implementada. Sostienen que el gobierno debe procurar crear puestos de trabajo, y no involucrarse en un plan de este tipo, y menos con las condiciones actuales económicas. Por eso gobernadores de varios Estados conservadores demandarán a Washington por “ usurpación de competencias”. Es el caso de Virginia, Utah y Oklahoma. Pero difícilmente puedan tener una resolución favorable. Lo cierto es republicanos más fervientes no admiten un Estado benefactor.

La nueva ley implica más que una simple victoria para Obama. El primer mandatario puso todas las fichas en ese proyecto y se concentró demasiado en ese frente. No se cansó de insistir, y subrayar la importancia de el cambio. Es decir se expuso en demasía, por lo que la sanción de la reforma afectaba su gestión en términos notorios. Por tal motivo decidió cancelar el viaje que tenía previsto a Asia. Necesitaba asegurarse la aprobación de la medida.

Asimismo la política exterior fomentada por la Casa Blanca estaba tambaleándose. Lo principal: la creciente tensión con Israel. La relación con dicho país, pasa por su peor momento debido a las nuevas colonias judías en Jerusalén del Este (territorios palestinos ocupados) y producen discrepancias entre Netanyahu y Obama. El aislamiento de Israel es creciente, ya que la Unión Europea y la ONU también habían condenado la medida. Pero peor aún, fue el anunció de esas 1.600 viviendas, cuando Biden (vicepresidente de Estados Unidos) se encontraba en una visita oficial justamente a Tel Aviv y la de más alto rango desde la asunción de Obama. Esto se acentúa con una curiosidad, el vicepresidente de Estados Unidos y el primer mandatario israelí son amigos desde hace más de tres décadas. Tampoco puede pasar desapercibido que está iniciativa de Netanyahu, fue dada a conocer un día después de que Palestina aceptara retornar a las negociaciones con Israel. Ahora parece utópico poder alcanzar acuerdos conjuntos entre ambas naciones, o al menos poder reanudar el diálogo, máxime cuando se vislumbra poco probable que Israel dé un paso atrás con las colonias en Jerusalén del Este.

Netanyahu luego de esto viajó ayer a Washington para defender su postura. Y a pesar del ampliamiento de las colonias de Cisjordania e Israel, el asunto principal de agenda cuando se reúna con Obama seguramente será Irán y el eventual armamento nuclear. Lo que busca la casa Blanca es el compromiso de Teherán de no hacer armas nucleares, y así tranquilizar a Israel que se encuentra preocupada con la situación. Y vale recalcar que Irán también es un asunto que presenta complicaciones para Estados Unidos, y al cual se busca una resolución. Biden buscó en su visita oficial dar un claro mensaje al respecto “ no hay diferencia entre Estados Unidos e Israel cuando de la seguridad de Israel se trata” y se espera que Obama haga lo mismo. Pero el máximo dirigente Israelí no se conforma y quiere sanciones aplicadas a Irán rápidamente. Y está la amenaza intacta de Israel de optar por un bombardeo contra las instalaciones nucleares persas, como en más de una oportunidad sugirió Netanyahu. Si eso sucede la política de contención de Obama en la región fracasaría rotundamente.

En lo concerniente a los arsenales nucleares, sin embargo, hay un punto favorable a Estados Unidos y es la aceleración del acuerdo con Rusia para reducirlas. Se trata de poder sustituir el tratado de armas estratégicas (START), documento básico del fin de la guerra fría , que expiró en noviembre del 2009. En un viaje realizado por Hilary Clinton a Moscú, el 18 de marzo pasado, se logró un avance significativo aparente, pero la secretaria de Estado se negó a dar fechas para la firma de un nuevo tratado.

Todo lo expuesto tiende a reflejar la situación delicada de Estados Unidos en cuanto a su política exterior. Por un lado Israel no parece dispuesto a hacerle caso a Washington y renunciar a los asentamientos ocupados, por el otro es sumamente difícil que Irán dé marcha atrás con el tema de las armas nucleares. A esto hay que sumarle la situación de Irak y Afganistán. Y aunque con Rusia hay teóricamente acuerdos, todavía no se han fijado fechas para la firma de un nuevo tratado que reemplace el STRAT. El panorama que tiene por delante Obama no es sencillo, pero el haber aprobado la reforma sanitaria le confiere mayor fuerza interna para poder fortalecer su posición internacional.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Brasil en la era de los gigantes


En el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), se efectuó hoy, una sesión académica sobre la estrategia brasileña en el escenario global, que contó como disertador principal al ministro de Asuntos Estretegicos del Brasil, Samuel Pinheiro Guimarães.

Entre los puntos más destacados afirmó que "se debe fortalecer el intercambio comercial y financiero entre la Argentina y Brasil". Asimismo afirmó que para que Brasil y América del Sur puedan defender sus intereses a largo plazo, es fundamental " trabajar de forma consistente y persistente a favor de la emergencia de un sistema mundial multipolar en el cuál América del Sur se constituya en uno de los polos".